miércoles, 27 de febrero de 2008

Una bonita forma de estar triste

Ella te deja, pero no le interesa. Te lleva pero luego te deja, cuando le da la gana te hacer ver de el mundo, el mundo actual palido, frio, tantos colores... colores inimaginables, colores que tu vista no habia podido llegar a decifrar, todo parece mas vivo, cuando tiene ganas te hace vivir.

Porque ella te cautiva de una manera diferente, te absorbe los dias, los minutos, ella te deja perplejo y te hace volver a la palidez cuando te das cuenta que tu no la cautivas de igual manera, cuando te das cuenta que quizas es cuando ella quiera, que la musa solo te ilumina cuando quiere brillar para ti, que la diva es demasiado, demasiado para gastar su tiempo en un hombre comun, un hombre que escribe sus pensamientos con grandilocuencia, intentado hacer que esta historia, que mi historia, que la cuasi historia que tuvimos juntos... "juntos" mejor dicho que la historia que tuve con ella parezca un poco mas artistica, mas bella y asi alivianar el dolor, la tristesa que en realidad la rodea, que me rodea, es una manera estupida y artistica de decir que tu la quisiste mas que lo que ella te quiso.

Esto... es una forma magica de contar una de las historias mas tristes de mi arsenal.

lunes, 11 de febrero de 2008

La habitacion de las siluetas (Con la mermelada como invitada)

En la habitacion de las siluetas las ventanas se encuentran cubiertas por una espesa mermelada de frutilla, ni con la reciente fiebre se derrite. Solo donde las siluetas se alimentan entra el elixir vegetal, molestando a los residentes que se deleitan con el negro frio y quizas una pequeña brisa luz que les de ese toque de bar de mala muerte a su antro. Las siluetas se aburren y se mueven, cambian con el astro y al caer la noche algunas se van. Inclusive ahora muerto en este sofa me deleito con la resonancia musical que corta el frio y pareciera que las siluetas salen a divertirse. Yo las miro insonoro para no interrumpir su ritual, su celebracion. Algunas no salen, se quedan refugiadas tras las gruesas porciones de mermelada que ahora parece cemento de color oscuro en los enormes ventanales. Derepente el hombre y la citara se despiden, las siluetas vuelven a su lugar, el silencio, frio y pentrante rodea a todos y se apega a mi mente como rogando al pensar...

Ahi, apareces tu, justo en este momento apareces tu y me haces ver el cielo cubierto por maderas casi indistinguibles y me parece que ya ni las ondas salvaran la soledad que ha llegado a este tetrico cuarto inmenso en su oscuridad.